PALABRAS DE JOSE MARÍA PÁRRAGA

Muchas veces me viene imágenes… para mí la poesía es riqueza como el agua. La pintura me huele a hierba fresca, a tierra, a trigo, a pan (como la canción). Herminio hombre es vital, rápido en la mirada, nervioso hacia dentro y hacia fuera, mira de frente y pinta en directo.

En sus obras no hay recovecos, sus dudas, si las hay, las suple con la pincelada, con el color.
De una forma intimísta trata el tema de la madera, más amplia, muralista, donde el color y las formas, necesitan más amplitud de formato, no de ideas ni de conceptos, para mi, obra rica en matices, color, sugerencias y buena técnica.

El taller de Herminio huele a miel y aguarrás, a compañia, a tradición, a nueva gente, a seres que se enfrentan con ternura y contratiempo a la pintura de siempre; porque Herminio ejerce de pintor, de maestro, de compañero y de amigo.

Herminio Estrella, que tu apellido nos guie y nos ilumine a saber mirar al arte y a la belleza.

José María Párraga
Pintor

PALABRAS DE CARLOS VALCARCEL

Herminio Estrella es un joven pintor que acusa, una meditada, sosegada y disciplinada actitud ante algo tan serio y respetable como es la creación artística. Todo esto, sin duda alguna, puede ser el fruto de una vocación innata y cultivada en el rigor que envuelve el claustro de una Academia de Bellas Artes, en este caso la de San Carlos, de Valencia, donde realizó los estudios de la carrera y en donde obtuvo su licenciatura.
Claro, dichas así las cosas, pudiera coregirse que el pintor se deja llevar por las exigencias de un oficio bien adquirido y mejor cuidado. Pero no es cierto, pues en la obre de Herminio Estrella, además del rigor y del respeto a las normas del arte, a aquellas en que la forma pide y reclama fidelidad al tema y aportación al equilibrio que debe imperar, entre figura o forma y color, clima y ambiente, además de esto el artista pone al servicio de su obra su sensibilidad, su espíritu observador y la certera elección del tema.

Conozco pinturas suyas en que, la Torre de la Catedral de Murcia y determinados detalles del templo, protagonizan la obra. Pero, como confirmación de lo expuesto anteriormente, Herminio no se limita a trasladar, con toda lealtad, al lienzo la geometría arquitectónica de la Torre y de varias zonas de la fachada del singular edificio.

Pero la Catedral y su señera, y su señora Torre, forma parte del paisaje de Murcia, un paisaje urbano que cubre un cielo y baña una luz, dos cosas, cielo y luz que el pintor quiso y supo expresar con toda veracidad y belleza. Dirá el visitante a esta exposición en la Sala de CajaMurcia, de Madrid, que el pintor, a juzgar por la obra colgada, tiene, también otro lenguaje, otros modos de expresión, algo, que queda patente en la muestra que contemplan, como quedó, en otras varias de las diecisiete que lleva realizadas, en donde un realismo, con concesiones al impresionismo, un figuratismo con alusiones al subrealismo, dijeron, mucho y bien, de la fina y elegante actitud del pintor ante el siempre importante acto de crear arte.

Herminio Estrella, además de un pintor hecho, maduro, pese a su juventud, es un hombre inquieto, un hombre que no se limita a decir las cosas como son, sino como el mismo las ve, las siente y las vive.

Goza de un pasado pleno de logros, como va a disfrutar de un futuro plagado de éxitos y triunfos, porque cuenta con las dos grandes columnas sobre las que se asienta la creación pictórica, sensibilidad y dominio, es decir, vocación y acertado cultivo de la misma.

Carlos Valcarcel
Asociación Española de Críticos de Arte